“He sabido con dolor de las graves consecuencias causadas por el huracán que en los días pasados ha golpeado al Caribe, en particular Haití, dejando numerosas víctimas y desplazados, además de ingentes daños materiales” dijo el Papa.
“Les aseguró –aseguró el Santo Padre– mi cercanía a las poblaciones y expreso confianza en el sentimiento de solidaridad de la comunidad internacional, de las instituciones católicas y de las personas de buena voluntad”. Y concluyó invitando a unirse a su oración “por estos hermanos y hermanos tan duramente probados”.
El Papa recordó también que ayer la ciudad española de Oviedo, “fueron proclamados beatos los sacerdotes Juan Fueyo Castañón y tres compañeros laicos. Alabemos al señor por estos héroes testimonios de la fe, que se sumaron a las filas de mártires que ofrecieron su vida en el nombre de Cristo”.
El Santo Padre concluyó sus saludos dirigiendo sus saludos “a todos ustedes, queridos peregrinos que han participado a este Jubileo Mariano. ¡Gracias por vuestra presencia! E invitó a los presentes a repetir las palabras de San Juan Pablo II pronunció el 8 de octubre de 2000 en el acto de afiliación jubilar a María: “Ho madre… queremos confiarte el futuro que nos espera. La humanidad… puede hacer de este mundo un jardín, o reducirlo a un cúmulo de escombros”. Y Francisco añadió: “En esta encrucijada, la Virgen nos ayude a elegir la vida, recibiendo y practicando el Evangelio de Cristo Salvador”.