El Santo Padre ha nombrado: -Daniela Leggio como Jefe de Oficina de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. La sra. Leggio era hasta ahora funcionaria del mismo dicasterio. -Arzobispo Paul Richard Gallagher como nuncio apostólico en Australia. El arzobispo era hasta ahora nuncio apostólico en Guatemala.
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El Santo Padre: -Ha nombrado a monseñor Pio Vito Pinto como Presidente del Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano. El obispo Pinto era hasta ahora Decano del Tribunal de la Rota Romana. -Ha aceptado la renuncia del obispo Sergio Pintor al gobierno pastoral de la diócesis de Ozieri (Italia) por límite de edad y ha nombrado al obispo Sebastiano Sanguinetti, hasta ahora de Tempio-Ampurias (Italia). como administrador apostólico “ad nutum Sanctae Sedis” de la misma diócesis.
-El Santo Padre ha nombrado: -Reverendo Peter Ebere Okpaleke como obispo de Ahiara (superficie 425, población 536.509; católicos 1.220.215; sacerdotes 1.106; diáconos permanentes 107, religiosos 1.826) en Nigeria. El obispo electo nació en 1963 en Amesi (Nigeria) y fue ordenado sacerdote en 1992. Es licenciado en Derecho Canónico por la Universidad de la Santa Cruz en Roma. Desde su ordenación ha desempeñado diversas funciones judiciales y administrativas, entre ellas las de ecónomo y canciller diocesano; ha sido párroco de St.John and Paul en Umubele y hasta ahora era juez del tribunal interdiocesano de la provincia eclesiástica de Onitsha.
-Reverendo Adelio Dell'Oro como administrador apostólico de Atyraru (superficie 727.600, población 2.181.000, católicos 2.000, sacerdotes 17, religiosos 14) en Kazakstán. El obispo electo nació en 1948 en Milán (Italia) y fue ordenado sacerdote en 1972. Ha sido vicario parroquial y profesor de religión; en 1997 fue enviado como “fidei donum” a Kazakstán donde ha sido párroco de Vishnovka-Arsaly; profesor en el seminario de Karaganda y colaborador en la nunciatura apostólica de Astana. Desde 2011 era pro-rector del Colegio Guastalla de Monza (Italia) y asistente de la Fraternidad Comunión y Liberación para la archidiócesis de Milán. -Cardenal Francesco Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, como su enviado especial en el cincuenta aniversario del santuario de (Our Lady of Good Health) en Vailankanni (India) y del veinticinco aniversario de la institución de la Conferencia Episcopal (C.C.B.I.), ( 9 -11 febrero) 2013. -Arzobispo Zygmunt Zimowski, presidente del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud) como su enviado especial a la XXI Jornada Mundial del Enfermo que tendrá lugar en el santuario mariano de Altötting (Alemania) el 11 de febrero de 2013. -Monseñor Georg Gänswein como Prefecto de la Casa Pontificia, elevándolo al mismo tiempo a la dignidad arzobispal. El arzobispo electo nació en 1956 en Waldshut (Alemania) y fue ordenado sacerdote en 1984. Es licenciado en Derecho Canónico por la Katholisch-Theologische Fakultät de la Ludwig-Maximilians-Universität de Munich. Ha sido juez del Tribunal diocesano y colaborador personal del arzobispo de Freiburg im Breisgau. En 1995 entró a formar parte de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En 1996 fue trasladado a la Congregación para la Doctrina de la Fe y hasta ahora era secretario del Santo Padre. Ciudad del Vaticano, 11 diciembre 2012 (VIS).-Con ocasión de la Navidad, la Oficina de Correos Vaticana emite, como es tradicional, un sobre recuerdo, según informa una nota de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
En la parte izquierda del sobre hay una reproducción del cuadro “La Natividad y el viaje de los Reyes Magos”, realizada en témpera y oro sobre tabla, de la Escuela de las Marcas, ( mediados del siglo XVI) conservado en la Pinacoteca de los Museos Vaticanos. El sello de 0,60 euros de la serie “Navidad 2012”, emitido el 6 de noviembre de 2012, está timbrado con el matasellos especial que entrará en vigor el día de Navidad. Completan el matasellos la frase en latín “Christus Natus est Alleluia” y la inscripción “Poste Vaticane. 25.12. 2012”. En el reverso del sobre, abajo a la derecha, está indicada la sigla PV/78 para identificarlo. El precio de un sobre-recuerdo es 3,50 euros o 5 euros con un envoltorio. Con gran alegría, Benedicto XVI recibía el pasado 10 de noviembre a unos seis mil participantes en el encuentro organizado por la Asociación Italiana de Santa Cecilia, en el marco de la peregrinación que realizaron a Roma, llegando de todas partes de Italia, y en previsión de participar con su arte en la celebración eucarística del día siguiente en la Patriarcal Basílica vaticana, que presidió, el Cardenal Arcipreste Angelo Comastri.
El Pontífice aprovechó esta ocasión para destacar su aprecio y la importancia del magnífico servicio de alabanza, con el canto de sus escuelas de canto, es decir las Scholae Cantorum. Será éste amigos oyentes, el tema que analizaremos en los próximos minutos a nuestra disposición, en este espacio semanal dedicado al Pensamiento del Papa, en que Benedicto XVI señaló la feliz coincidencia de este encuentro en pleno Año de la Fe, conmemorando, además, la inauguración del Concilio, por lo que en su calidad de buen entendedor y amante de la música, subrayó el impulso de la música sacra en la nueva evangelización. El relativismo genera la violencia y no la fe en Dios, el Papa a la Comisión Teológica internacional12/10/2012 Con alegría Benedicto XVI recibió este 7 de diciembre, en la Sala de los Papas, a los 32 miembros de la Comisión Teológica Internacional, al término de los trabajos de su Sesión Plenaria anual. Ante todo el Santo padre saludó de corazón a su nuevo Presidente, Mons. Gerhard Ludwig Müller, a quien agradeció las palabras que le había dirigido previamente en nombre de los presentes, así como al nuevo Secretario general, el Padre Serge-Thomas Bonino.
Al recordar que su Sesión Plenaria se ha desarrollado en el contexto del Año de la fe, el Papa manifestó su satisfacción por el hecho de que esta Comisión Teológica haya querido adherirse a este evento eclesial a través de una peregrinación a la Basílica Papal de Santa María la Mayor, para encomendar a la Virgen María, “praesidium fidei”, sus trabajos y para rezar por todos los que, “in medio Ecclesiae”, se dedican a hacer fructificar la inteligencia de la fe en beneficio y para la alegría espiritual de todos los creyentes. Y tras destacar su aprecio por el Mensaje que han redactado con ocasión de este Año de la fe, en que pone de manifiesto el modo específico con que los teólogos, sirviendo fielmente a la verdad de la fe, pueden participar en el impulso evangelizador de la Iglesia, el Papa les dijo: Tomando conocimiento de la vitalidad y de la variedad de la teología después del Concilio Vaticano II, este documento quiere presentar, por decirlo de alguna manera, el código genético de la teología católica, es decir, los principios que definen su misma identidad y que, en consecuencia, garantizan su unidad en la diversidad de sus realizaciones. A tal fin, el texto aclara los criterios para una teología auténticamente católica y, por tanto, capaz de contribuir a la misión de la Iglesia, al anuncio del Evangelio a todos los hombres. Benedicto XVI también afirmó que en un contexto cultural en el que algunos se sienten tentados de privar a la teología de un estatuto académico, a causa de su relación intrínseca con la fe, o de prescindir de la dimensión creyente y confesional de la teología, con el riesgo de confundirla con las ciencias religiosas, este documento recuerda oportunamente que la teología es inseparablemente confesional y racional, y que su presencia dentro de la institución universitaria garantiza una visión amplia e integral de la misma razón humana. Y añadió textualmente: Hoy, este mismo sentido sobrenatural de la fe de los creyentes lleva a reaccionar con vigor también contra el prejuicio según el cual las religiones y, en particular las religiones monoteístas, intrínsecamente serían portadoras de violencia, sobre todo a causa de la pretensión que tienen de la existencia de una verdad universal. Algunos consideran que sólo el “politeísmo de los valores” garantizaría la tolerancia y la paz civil, conforme al espíritu de una sociedad democrática pluralista. En esta dirección, su estudio sobre el tema “Dios Trinidad, unidad de los hombres. Cristianismo y monoteísmo” es de viva actualidad. El Pontífice afirmó asimismo que cuando se niega la posibilidad para todos de referirse a una verdad objetiva, el diálogo se vuelve imposible y la violencia, declarada o escondida, se convierte en la regla de las relaciones humanas. A la vez que destacó que sin la apertura a lo trascendente, que permite encontrar respuestas a los interrogantes acerca del sentido de la vida y del modo de vivir de modo moral, el hombre se vuelve incapaz de obrar según la justicia y de empeñarse por la paz. Si la ruptura de la relación de los hombres con Dios lleva consigo un desequilibrio profundo en las relaciones entre los mismos hombres, la reconciliación con Dios, llevada a cabo por la Cruz de Cristo, “nuestra paz” (Ef 2, 14) es la fuente fundamental de la unidad y de la fraternidad. Benedicto XVI se despidió de los miembros de la Comisión Teológica Internacional invitándolos a rezar a la Virgen Inmaculada, modelo de quien escucha y medita la Palabra de Dios, para que les obtenga la gracia se servir siempre gozosamente a la inteligencia de la fe a favor de toda la Iglesia. Y al renovarles su profunda gratitud por su servicio eclesial, les aseguró su constante cercanía en la oración y les impartió su Bendición Apostólica. En el Domingo Mundial de las Misiones, y con la presencia de los padres sinodales y de cerca de 80.000 peregrinos presentes en la misa de canonización de los siete nuevos beatos, el papa Benedicto XVI centró su homilía recordando cómo el evangelio de hoy tiene una relación directa con la misión de Cristo en la tierra, que estuvo caracterizada por su inmolación y por su donación total.
Así, dijo, “la Iglesia escucha (esas palabras) con particular intensidad y reaviva la conciencia de vivir completamente en perenne actitud de servicio al hombre y al Evangelio, como Aquel que se ofreció a sí mismo hasta el sacrificio de la vida”, sea esto tanto para la misión ad gentes, como para la nueva evangelización en las regiones de antigua tradición cristiana. E hizo ver cómo estas palabras fueron el programa de vida de los siete beatos hoy proclamados santos, quienes “gastaron su existencia en una total consagración a Dios y en un generoso servicio a los hermanos”. Recordó el papa que la santidad “tiene siempre su fuente en el misterio de la Redención”, por lo que la profesión de fe de estos discípulos de Cristo, es una “configuración al Hijo del hombre, (que) resplandece hoy en toda la Iglesia”. Servir y no ser servido En un recorrido por los pasajes más edificantes de la vida de los nuevos santos, el santo padre Benedicto XVI resaltó en Jacques Berthieu, nacido en 1838 en Francia, su gran amor por Cristo y cómo deseaba salvar las almas y recorrer el mundo en pos de ellas. Designado como jesuita a la isla de Santa María y después en Madagascar, “luchó contra la injusticia, aliviando a los pobres y los enfermos”, dijo el papa, recordando cómo lo malgaches lo veían “como un padre y una madre” para ellos. Fue en 1896 cuando encontró el martirio diciendo “Prefiero morir antes que renunciar a mi fe”. Lo presentó entonces, como modelopara los sacerdotes, invitándolos a ser como él, y señalándolo como ejemplo para los numerosos cristianos que hoy en día son perseguidos a causa de su fe. Refiriéndose a Pedro Calungsod, nacido alrededor del año 1654, en la región de Bisayas en Filipinas, resaltó cómo su amor a Cristo lo llevó a prepararse como catequista y acompañar al presbítero jesuita también mártir, Diego Luis de San Vítores a las Islas Marianas, para evangelizar al pueblo Chamorro, donde encontró la muerte el 2 de abril de 1672. El papa quiso presentarlo como un testimonio valeroso y pidió que Pedro Calungsod inspire al pueblo filipino para anunciar con ardor el Reino y ganar almas para Dios. Otra figura para nuestros tiempos fue Giovanni Battista Piamarta (1841-1913), sacerdote de la diócesis de Brescia, gran apóstol de la caridad y de la juventud. El santo padre destacó en él “su empeño en hacer progresar cristiana, moral y profesionalmente a las nuevas generaciones, con claras dosis de humanidad y bondad” Superó grandes dificultades para emprender obras apostólicas, cuyo fundamento fue siempre la oración y la confianza en Dios por medio de largas horas de oración. Al referirse a la hoy santa María del Carmelo Sallés y Barangueras, religiosa nacida en Vic, España, en 1848, recordó cómo hizo progresar con mucho esfuerzo la congregación de Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza que había fundado en 1892, dedicada a la educación de la juventud hasta nuestros días. Siguiendo con el recorrido de santidad, Benedicto XVI se refirió a la madre Mariana Cope, nacida en 1838 en Heppenheim, Alemania, aunque crecida en los Estados Unidos. Contó cómo la santa entró en la Tercera Orden Regular de san Francisco, en Siracusa, Nueva York en 1862 y más tarde, aún siendo superiora general de su congregación, fue a cuidar a los leprosos de Hawai. Cinco años después de haber fundado un hospital de Malulani en Maui y de haber abierto una casa para niñas de padres leprosos, fundó una casa para mujeres y niñas, esta vez en la isla de Molokai, donde aislada del mundo, tuvo la oportunidad de conocer y cuidar al ya famoso por entonces, padre Damián, hoy santo. Quiso la providencia que lo atendiera en su agonía, mientras continuaba su trabajo entre los leprosos “con amor, valor y entusiasmo inmenso”, señalándola como “un ejemplo luminoso y valioso de la mejor tradición de las hermanas enfermeras católicas y del espíritu de su amado san Francisco”. Cambiando de un idioma a otro, según el origen de cada nuevo santo, Benedicto XVI se detuvo esta vez en inglés, y luego en alemán, en las dos últimas santas elevadas hoy a los altares. Al hablar de Kateri Tekakwitha, nacida en el actual estado de Nueva York en 1656, de padre mohawk y madre algonquina cristiana, el papa recordó que fue bautizada a la edad de 20 años, encontrando la muerte a los 24 años cerca de Montreal. La “protectora de Canadá” y primera santa amerindia, fue fiel a las tradiciones de su pueblo, pero renunciando a las convicciones religiosas del mismo, llevando una vida sencilla, con oración y misa diaria. “Su deseo más alto –enseñó el papa--, era conocer y hacer lo que agradaba a Dios, carente de apoyos externos, y firme en su vocación”. La presentó como un testimonio donde fe y cultura se enriquecen, “sin renegar de lo que somos”. Finalmente, al referirse a la joven alemana Anna Schäffer(1882-1925), de Mindelstetten, recordó que tuvo el deseo de entrar en una congregación misionera, pero no pudo hacerlo por un accidente laboral en el cual sufrió quemaduras incurables en los pies. Postrada en un lecho para el resto de sus días, ofreció su sufrimiento al apostolado misionero, siendo ella misma una “intercesora infatigable en la oración, y un espejo del amor de Dios para muchas personas en búsqueda de consejo”. Pidió el papa que su intercesión favorezca la pastoral de los enfermos en cuidados paliativos. Antes de concluir su homilía, Benedicto XVI deseó que el testimonio de los nuevos santos, “hable hoy a toda la Iglesia, y su intercesión la fortalezca y la sostenga en su misión de anunciar el Evangelio al mundo entero” (javv). La homilía completa de Benedicto XVI está en: http://www.zenit.org/article-43420?l=spanish. Ver las biografías de los nuevos santos en: http://www.zenit.org/article-43415?l=spanish. |
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