En esta carta, Benedicto XVI insta a “promover una reflexión y un compromiso dirigidos a conciliar las exigencias y los momentos del trabajo con los de la familia y a recuperar el verdadero sentido de la fiesta, especialmente de la dominical, pascua semanal, día del Señor y día del hombre, día de la familia, de la comunidad y de la solidaridad”.
“En nuestros días, por desgracia -lamenta-, la organización del trabajo, pensada y realizada en función de la competencia del mercado y del máximo beneficio, y la concepción de la fiesta como oportunidad de evasión y de consumo, contribuyen a disgregar la familia y la comunidad y a difundir un estilo de vida individualista”.
El Papa explica que “el trabajo y la fiesta están íntimamente ligados a la vida de las familias: condicionan las decisiones, influyen en las relaciones entre los cónyuges y entre los padres y los hijos, e inciden en la relación de la familia con la sociedad y con la Iglesia”
Citando el libro del Génesis, recuerda que “familia, trabajo y día festivo son dones y bendiciones de Dios para ayudarnos a vivir una existencia plenamente humana”.
En su opinión, “el desarrollo auténtico de la persona incluye tanto la dimensión individual, familiar y comunitaria, como las actividades y las relaciones funcionales, así como la apertura a la esperanza y al Bien sin límites”.
Benedicto XVI destaca que el próximo EMF “constituye una ocasión privilegiada para replantear el trabajo y la fiesta desde la perspectiva de una familia unida y abierta a la vida, bien integrada en la sociedad y en la Iglesia, atenta a la calidad de las relaciones además de a la economía del mismo núcleo familiar”.
También expresa su confianza en que las familias se pongan en marcha hacia este encuentro “Milán 2012” y aprovechen, en 2011, el 30º aniversario de la Exhortación apostólica Familiaris consortio, “'carta magna' de la pastoral familiar”, para organizar iniciativas en el ámbito parroquial, diocesano y nacional.
Finalmente, Benedicto XVI se refiere a los momentos fuertes de este VII EMF: la “Fiesta de los Testimonios”, el sábado por la tarde y la misa solemne del domingo por la mañana.
“Estas dos celebraciones, que yo presidiré, nos mostrarán a todos los reunidos como 'familia de familias'”, dijo.
En el encuentro de familias en Milán están previstas oraciones comunitarias, reflexiones teológicas y pastorales y momentos de fraternidad e intercambio entre las familias acogidas y las del lugar.