Como es su costumbre, tras los saludos en los diversos idiomas de los grupos presentes en la Audiencia, el Papa tuvo unas últimas palabras para los jóvenes, los enfermos y los recién casados, a quienes exhortó en esta ocasión a “intensificar la práctica piadosa del Santo Rosario, especialmente en este mes de mayo dedicado a la Madre de Dios”.
A los jóvenes quiso invitarles a “valorar esta tradicional oración mariana, que ayuda a comprender mejor y a asimilar los momentos centrales de la salvación realizada por Cristo”.
A los enfermos les exhortó a dirigirse “con confianza a la Virgen María mediante este pío ejercicio, confiándole a Ella todas vuestras necesidades”.
Por último, a los recién casados, les intimó a “hacer del rezo del Rosario en familia, un momento de crecimiento espiritual bajo la mirada de la Virgen María”.