El lugar escogido para el traslado de los restos mortales es la capilla de San Sebastián, bajo el altar del papa beato Inocencio XI, situada a la derecha de la basílica, entre la capilla de la Piedad de Miguel Ángel y la del Santísimo Sacramento.
El traslado del ataúd tendrá lugar sin exhumación: por tanto el cuerpo del Papa Karol Wojtyla no será expuesto, sino que se mantendrá cerrado por una lápida de mármol, en la que se puede leer "Beatus Ioannes Paulus II".
La tumba de Juan Pablo II en las Grutas Vaticanas atrae muchos días más de veinte mil peregrinos, muchos de los cuales dejan flores, cartas o recuerdos sobre la lápida blanca de mármol de Carrara.