En su telegrama, Benedicto XVI afirma: “Habiendo conocido con tristeza la muerte del cardenal Anthony Bebilacqua, arzobispo emérito de Filadelfia, ofrezco mis más sentidas condolencias a usted y a todos los fieles de la Archidiócesis”.
“Me uno a usted en encomendar el alma del fallecido cardenal a Dios, Padre de las Misericordias, con gratitud por sus años de ministerio episcopal entre el rebaño de Cristo en Filadelfia, su compromiso de largos años en favor de la justicia social y el cuidado pastoral de los inmigrantes, y su experta contribución a la revisión del derecho de la Iglesia en los años posteriores al Segundo Concilio Vaticano”, añade.
Y concluye: “A usted, y todo el clero, religiosos y laicos de la Iglesia en Filadelfia, y a los miembros de su familia, cordialmente imparto mi bendición apostólica como prenda de consuelo y paz en Nuestro Señor Jesucristo”.