Dirigiéndose a los embajadores, el santo padre había descrito la misión de la Iglesia con palabras de la constitución pastoral Gaudium et Spes, la cual proclama que “la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación”.
En su discurso, el cardenal secretario de Estado del Vaticano expresó su aprecio por la "delicada tarea" llevada a cabo por los representantes del cuerpo diplomático, "al servicio de un diálogo permanente y fructífero" entre la Santa Sede y sus respectivos países.
Recordando el reciente discurso del papa, el cardenal Bertone insistió en que los 179 embajadores acreditados ante la Santa Sede demuestran "la importante contribución de la Iglesia a la sociedad", particularmente en las áreas de salud, servicios públicos y educación.
En lo que respecta a la educación, el cardenal destacó del discurso de Benedicto XVI la aportación especial que las nuevas generaciones pueden hacer en la crisis actual. "Con su entusiasmo e ideales, pero también con sus expectativas y sus preocupaciones, es un hecho que los jóvenes ofrecen una esperanza al mundo", recordó el secretario de Estado.
Siempre comentando el discurso papal, Bertone también se refirió a los elementos que pueden ayudar a "superar la crisis", que es "expresión dramática del malestar que pareciera dominar a nuestro tiempo". Se trata, continuó el cardenal, de temas que la Santa Sede lleva particularmente "en el corazón" y que "animan su acción".
Traducido del italiano por José Antonio Varela