Durante el viaje apostólico que hará el santo padre Francisco a la ciudad de Milán, el próximo 25 de marzo, por primera vez un pontífice visitará la cárcel de San Vittorio. Entretanto el Santo Padre pidió que no sea una visita formal sino un cara a cara con el mayor número de presos posibles, evitando hacer muchos discursos.
En el patio central el Pontífice tendrá un encuentro con unos cien detenidos y otros tantos verá en el almuerzo que concluirá la visita.
Los detenidos le escribieron varias cartas al Papa. Alfredo le pide al Santo Padre un milagro: perdonar todos sus errores y todo el mal que hizo, para poder recomenzar todo. Mustafá, que es musulmán le agradece al Papa porque le recibe sin distinciones de religión, y pide de darles la fe que les ayude a salir de las dependencias que les destruyen.
Otro, Ivan, le dice “honestamente no soy muy creyente”, pero le pide una oración por su familia y para dar a su prisión “un sentido y un poco de paz y de serenidad”.
La directora de la penitenciaría precisó que “el Papa viene a ver a los detenidos, pero también aquellos que trabajan con dedicación en el instituto penitenciario. Dejaremos que las personas encuentren a Francisco si un filtro de la organización, para que pueda ser un encuentro de almas”.
El capellán, padre Marco Recalcati pidió que en la medida de lo posible, “aunque sea detrás de las rejas, todos puedan oír las palabras del Papa y verlo”.
En el patio central el Pontífice tendrá un encuentro con unos cien detenidos y otros tantos verá en el almuerzo que concluirá la visita.
Los detenidos le escribieron varias cartas al Papa. Alfredo le pide al Santo Padre un milagro: perdonar todos sus errores y todo el mal que hizo, para poder recomenzar todo. Mustafá, que es musulmán le agradece al Papa porque le recibe sin distinciones de religión, y pide de darles la fe que les ayude a salir de las dependencias que les destruyen.
Otro, Ivan, le dice “honestamente no soy muy creyente”, pero le pide una oración por su familia y para dar a su prisión “un sentido y un poco de paz y de serenidad”.
La directora de la penitenciaría precisó que “el Papa viene a ver a los detenidos, pero también aquellos que trabajan con dedicación en el instituto penitenciario. Dejaremos que las personas encuentren a Francisco si un filtro de la organización, para que pueda ser un encuentro de almas”.
El capellán, padre Marco Recalcati pidió que en la medida de lo posible, “aunque sea detrás de las rejas, todos puedan oír las palabras del Papa y verlo”.
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