El mensaje de Benedicto XVI –enviado por su secretario de Estado, cardenal Bertone- fue leído por uno de los obispos auxiliares de la capital, monseñor Alfredo Petit.
“El Papa les invita a identificarse cada día más con los sentimientos de Cristo, buen pastor --señala--, por medio de la oración asidua, la seria aplicación al estudio, la escucha humilde de su divina palabra, la digna celebración de los sacramentos y el testimonio audaz de su amor como auténticos discípulos y misioneros del evangelio de la salvación”.
“Con estos vivos deseos, el Santo Padre, a la vez que confía a toda la comunidad de esa institución docente a la protección de la santísima Virgen María, que bajo el título de nuestra señora de la Caridad del Cobre, es invocada con fervor en la amada nación cubana, les imparte de corazón una especial bendición apostólica, que complacido extiende a todos los que generosamente han contribuido a la construcción del nuevo edificio y a los participantes en la celebración inaugural”, concluye el mensaje.
Este centro de estudios de futuros sacerdotes se sitúa a 17 kilómetros al sureste de La Habana, y su primera piedra –que se puede ver en el pavimento, protegida por un vidrio transparente- fue bendecida por Juan Pablo II, en su visita a la Isla, del 21 al 26 de enero de 1998.
El Seminario conserva el nombre del centro de estudios para sacerdotes anterior a la revolución castrista –San Carlos y San Ambrosio--, en La Habana vieja, que será un centro cultural de la diócesis.
Entre las numerosas personalidades políticas, eclesiásticas, culturales y representantes de credos religiosos, estaban el Presidente de Cuba Raúl Castro; numerosos ministros, en especial los de Exteriores y Cultura; y altos dirigentes de la Oficina del Partido Comunista para las Relaciones con las Confesiones Religiosas, presididos por Caridad Diego.
De los trescientos invitados, vinieron de Estados Unidos: el arzobispo de Miami Thomas Wenski y Carl Anderson, caballero supremo de los Caballeros de Colón, los dos principales donantes en esta obra. Su apoyo económico, junto a algunas conferencias episcopales, la hizo posible.
En unas 22 hectáreas, se alzan ocho edificios que acogerán a más de un centenar de estudiantes. Los edificios albergarán los cursos de Teología y Filosofía, Rectorado, Biblioteca, Aula Magna y Capilla.
Entre otros asistentes, estaban el presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba Dionisio García, y obispos de México, Nassau e Italia.
En su relato del itinerario hasta la meta en el plazo previsto, el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, recordó que este segundo Seminario –el otro está en Santiago de Cuba- fue posible también “por las facilidades que dieron las autoridades para importar materiales inexistentes en Cuba; por la “autorización para operar en moneda nacional”, así como por “los precios asequibles para la adquisición de los materiales necesarios”.
El purpurado recordó la promesa del entonces presidente de Cuba Fidel Castro, quien al despedir a Juan Pablo II le aseguró que su Gobierno “apoyaría plenamente la iniciativa”. “Esta promesa --añadió el cardenal Ortega- fue cumplida fielmente y por ello, en nombre de la Iglesia cubana, doy las gracias al doctor Raúl Castro, hoy entre nosotros, que nos honra con su presencia”.
El arzobispo de La Habana recordó el apoyo de la Santa Sede, de la Comisión Pontificia para América Latina, de tantas instituciones eclesiales de Italia, Francia y España y varios países latinoamericanos.
Subrayó la importancia de la aportación de la Iglesia, de sus sacerdotes y religiosos, al desarrollo y crecimiento integral del país, y el deseo general de que los sacerdotes que salgan de este Seminario impulsen los esfuerzos de todos los cubanos para que el país camine hacia el futuro.
Más presencia
Este martes, en una entrevista concedida al diario La Jornada, María Caridad Campistrous recordaba el largo y lento itinerario que han debido recorrer los católicos para dejar de ser ciudadanos de segunda. Macucha, como la llaman familiarmente, dirige el Instituto Pastoral Pérez Serantes, centro de formación de laicos de la archidiócesis de Santiago de Cuba, en el oriente del país.
Recordó que hoy la Iglesia cuenta con su mayor presencia pública en Cuba, después del conflicto de los años 60. Nació su prensa digital y tiene un pequeño acceso a la radio y la televisión.
Moviliza a miles de feligreses en la calle, con motivo del IV Centenario de la llegada de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la Isla, que culmina en 2012.
La Iglesia es interlocutora de alto nivel de las autoridades, intermediaria en la liberación de presos, y ahora abre este Seminario, la primera gran obra católica en la isla en 50 años.
El Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC), en 1986, fue el fulcro que impulsó a la Iglesia a una mayor presencia en la sociedad y vida cubana.
En el centro donde es profesora Macucha, basándose en la doctrina social de la Iglesia, se enseña Antropología, Filosofía, Historia de la Iglesia y Comunicación, entre otras asignaturas. Cuenta con el apoyo de la Universidad Pontificia de Comillas (España), regida por los jesuitas. En dos décadas, ya han egresado de este centro centenares de graduados, que ahora son catequistas o líderes en comunidades de base.
Por Nieves San Martín