“Los Acuerdos alcanzados son un ejemplo para el mundo, es encomiable y plausible que se hayan mantenido durante mucho tiempo sin que se volviera a las anteriores situaciones de violencia(…) hemos visto un esfuerzo de todos los sectores para darle continuidad a la conciliación lograda”, manifestó monseñor Escobar Alas
El arzobispo de San Salvador, al comentar el desarrollo posterior a los Acuerdos, indicó lo importante que ha sido el que las partes involucradas en el conflicto armado, una vez terminado, se unieron en las distintas instituciones del Estado para luchar por democratizar el país.
“En la lucha por la democratización, dijo monseñor Escobar Alas, se puede tomar el ejemplo de la Asamblea Legislativa, la que está integrada por personas con distintas formas de pensar, nunca se ha visto en esta institución amenazas de violencia, golpes ni agresiones verbales que atenten contra la vida de sus integrantes”.
Los Acuerdos de Paz de los cuales México fue intermediario, pusieron fin a una cruel guerra intestina que se extendió por doce años (1980-1992) y en los que hubo 75 mil personas entre muertas y desaparecidas, aunque la guerra nunca se hubiese declarado como “oficial”. Aunque prevalezcan los factores positivos, aún hay heridas que no cicatrizan.
En ese sentido, monseñor Escobar Alas dijo que “todavía persiste la falta de la convivencia pacífica, falta de democracia, de espacios para ejercitar todos los derechos que tenemos, pobreza, hambre y miseria. 19 años no han sido suficientes para cumplir todos los objetivos para que vivamos en completa paz y armonía”.
La firma de los Acuerdos de Paz fue el resultado de un largo proceso de negociación iniciado en la década de los 80. Los primeros encuentros se desarrollaron en La palma; Chalatenango, Ayagualo; en la Libertad, y en la Nunciatura Apostólica de San Salvador.