En su comunicado, el patriarca Gregorio afirma que los cristianos corren especial peligro ante los ataques de los extremistas. El mismo señala: «El futuro de los cristianos en Siria está amenazado no por los musulmanes, sino… por el caos… y por la infiltración de incontrolables grupos fanáticos y fundamentalistas».
El patriarca Gregorio sigue diciendo que, desde comienzos de 2011, más de mil cristianos fueron asesinados, que «en pueblos enteros se ha eliminado la población cristiana» y que más de cuarenta iglesias y otros centros cristianos (escuelas, orfanatos y centros de salud) resultaron dañados o incluso destruidos.
El patriarca expresa que las amenazas al cristianismo en Siria tienen amplias consecuencias ya que durante décadas, el país había proporcionado un refugio a los fieles cristianos procedentes de El Líbano, de Irak y de otros lugares. Asegura además que el conflicto representa una grave amenaza para los musulmanes, por enfrentar una tradición islámica contra otra.
El patriarca Gregorios cree que, a pesar de haberse recrudecido la violencia, la paz es posible. En su comunicado hace un llamamiento a la acción a los líderes de las naciones árabes, de Europa, los países americanos, las organizaciones mundiales y los Premios Nobel de la Paz.
Afirma: «Estamos seguros de que, a pesar de nuestros problemas, todos los sirios —Gobierno, partidos políticos, musulmanes sunitas y chiítas, alavíes, cristianos y drusos— somos capaces de entablar un diálogo…» Por último, concluye: «Teniendo en cuenta todos esos peligros, sufrimientos y desgracias que afectan a todos los ciudadanos, nos preguntamos si no existe otra manera de hablar o de actuar que la guerra, las armas, la violencia, el odio y la venganza. Necesitamos urgentemente una solución».